JIDDU KRISHNAMURTI

Renombrado como un filósofo (en el sentido de amante de la verdad), orador y educador de profunda sabiduría, sus conferencias y escritos han inspirado a millones de seres en todo el mundo.

Nació en la India en 1.895, siendo recogido a la edad de 13 años por la Sociedad Teosófica y educado en Inglaterra. En 1.929 renunció a toda vinculación con dicha sociedad, al rechazar cualquier tipo de organización que jerarquizara la conciencia. Se dedicó durante su vida a dar conferencias por todo el mundo y mantuvo diálogos con renombrados científicos, políticos y líderes religiosos como David Bohm, el Dalai Lama, Aldous Huxley, etc.

Urgía a sus oyentes a que despertasen internamente y fuesen maestros de sí mismos, promoviendo una actitud de autodescubrimiento del conflicto y de la conciencia en general, rechazando todo dirigismo religioso o sectario. Estudió el panorama de la civilización actual, vinculando el nivel de conciencia del ser humano con los problemas sociales. Creó cuatro fundaciones para conservar sus escritos y conferencias, así como escuelas para niños y jóvenes.

Falleció en California a la edad de 90 años.

jueves, 22 de enero de 2009

EL DESEO Y EL PLACER


“Vemos una bella puesta de sol, un árbol hermoso, el movimiento amplio y curvo de un río, o un bello rostro, y mirar eso nos da un gran placer, nos deleita. ¿Qué hay de malo en ello?... A mí me parece que la confusión y la desdicha empiezan cuando ese rostro, ese río, esa nube, esa montaña se convierten en un recuerdo, y ese recuerdo exige entonces una continuidad mayor del placer; deseamos que tales cosas se repitan. Todos conocemos esto. He tenido cierto placer, o usted ha experimentado cierto deleite en algo, y queremos que eso se repita. Ya sea que se trate de algo sexual, artístico, intelectual, o de otro carácter, queremos que repita; y yo pienso que ahí es donde el placer comienza a nublar la mente y a crear valores falsos, irreales.
Lo que importa es comprender el placer, no tratar de librarnos de él; eso es demasiado ingenuo. Nadie puede librarse del placer. Pero es esencial comprender la naturaleza y estructura del placer; porque si nuestra vida es tan sólo placer, y eso es lo que deseamos, entonces con el placer tarde temprano llegan la frustración, la desdicha, el miedo a no repetirlo, las ilusiones, los valores falsos que creamos; en consecuencia, no hay claridad(...)Tengo que descubrir por qué el deseo tiene tal fuerza en mi vida. Puede que eso esté bien o no esté bien. Tengo que averiguarlo por mí mismo, sin prejuicios morales. El deseo surge, lo cual es una reacción, una reacción sana, normal; de lo contrario, estaría muerto. Veo algo hermoso y digo: '¡por Dios, deseo eso!' Si así no fuera, estaría muerto. Pero en la constante persecución de ello hay dolor. Ése es mi problema: al igual que placer, hay dolor. Veo una bella mujer; es bella, sería absurdo decir: 'No, no quiero ni debo mirar' o 'No, no es bella'. Pero, ¿que es lo que luego da continuidad al placer? Obviamente, es el pensamiento, es el pensar al respecto(...)Pienso, y pienso, y me recreo en ello o lo resisto y así aun le doy más fuerza... Ya no es la relación directa con determinado objeto, la cual es simple y natural deseo, sino que ahora el pensamiento aumenta ese deseo pensando en el objeto, creando imágenes, representaciones, ideas(...)Sin embargo, puedo mirar ese completo proceso del deseo, y después de tenerlo ahí termina todo, sin que interfiera el pensamiento". -JIDDU KRISHNAMURTI, "EL LIBRO DE LA VIDA”[+/-] Seguir Leyendo...