JIDDU KRISHNAMURTI
Nació en la India en 1.895, siendo recogido a la edad de 13 años por la Sociedad Teosófica y educado en Inglaterra. En 1.929 renunció a toda vinculación con dicha sociedad, al rechazar cualquier tipo de organización que jerarquizara la conciencia. Se dedicó durante su vida a dar conferencias por todo el mundo y mantuvo diálogos con renombrados científicos, políticos y líderes religiosos como David Bohm, el Dalai Lama, Aldous Huxley, etc.
Urgía a sus oyentes a que despertasen internamente y fuesen maestros de sí mismos, promoviendo una actitud de autodescubrimiento del conflicto y de la conciencia en general, rechazando todo dirigismo religioso o sectario. Estudió el panorama de la civilización actual, vinculando el nivel de conciencia del ser humano con los problemas sociales. Creó cuatro fundaciones para conservar sus escritos y conferencias, así como escuelas para niños y jóvenes.
Falleció en California a la edad de 90 años.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
DARSE CUENTA SIN ELECCIÓN-I
Habitualmente, cuando hablamos de darnos cuenta nos referimos a ver lo que ocurre a nuestro alrededor, los sucesos o las meras cosas tal como son y en ese darse cuenta hay elección: 'me gusta, no me gusta'; 'me gustan los robles, no me gustan las palmeras'; 'ojalá fuera distinto'.
Bien, ahora preguntamos si existe un darse cuenta que sea parte de la conciencia en el que no haya elección alguna.../...
Y vemos que donde hay elección hay conflicto, ¿no es así?.
¿Está esto claro?
Cuando elijo entre esto y aquello, tal división genera conflicto. Por lo tanto, ¿es posible darse cuenta, ser consciente, sin ninguna elección, simplemente observar?
¿De acuerdo?
Y contestarían ustedes: 'Bueno, lo intentaré'. A lo cual quien les habla respondería: 'No lo intenten; intentarlo significa hacer un esfuerzo y cuando uno se esfuerza no comprende nada. No se esfuercé, sencillamente vea, perciba la realidad'... ¿Entienden?"
-JIDDU KRISHNAMURTI, "La atención y la libertad interior"
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COMENTARIOS: Con sencillas palabras, Krishnamurti nos está indicando algo que es fundamental: descubrir si existe la libertad interior. Él manifiesta que sí que existe, y que cualquiera de nosotros podemos vivenciarla.
La libertad que malentendemos normalmente está basada en la elección (psicológicamente hablando): 'Quiero ser ésto', quiero ser aquéllo', 'este defecto que tengo -el cual identifico como ira, ambición, pereza, envidia, falta de carácter, etc.etc.etc.- no me gusta; de manera que con el tiempo y mediante mi fuerza de voluntad me libraré de él: seré más pacífico, sencillo, asertivo, más de ésto o de aquéllo', etc.
¿Creemos sinceramente que así somos libres y que así cambiaremos? ¿O realmente lo único que conseguimos es seguir estando presos (y cada vez más neuróticos) en un proceso interminable, en la prisión del pensamiento, perpetuamente insatisfechos y descontentos con nosotros mismos sin comprendernos tal como somos de veras jamás?...
En lugar de ese proceso equivocado, él nos propone que en nuestra vida cotidiana seamos conscientes sin elección, es decir, pasando y pasando y pasando por lo que REALMENTE SOMOS sin reaccionar, sin tratar de modificar nada, de escapar de nada que no nos guste, de perseguir nada que no seamos en realidad... De estar pasivamente alerta... De no verbalizar siquiera lo que creemos que somos, pues la palabra nunca es la cosa, el pensamiento siempre es parcial, fragmentario, distorsionador; y los análisis siempre se quedan cortos porque el flujo exacto y profundo de lo estamos siendo es una realidad viva y cambiante la cual no se puede encerrar en investigaciones estancas -que además son nuestro pasado, no nuestro presente vital. Asimismo, si investigamos veremos que en el fondo plasmar en palabras lo que creemos que somos no es más que un escape, una reacción.
De manera que ¿qué nos queda?...
¿Tememos que tal manera de vivir con nosotros mismos -sin esfuerzo, voluntad, autoexigencias, ni objetivos psicológicos nos haría caer en un sumidero de apatía, pereza o negligencia? ¿Tememos que permaneciendo sin escapar con nuestros miedos, nuestros "defectos", nuestro sentimiento de soledad, pena o lo que sea, no seríamos sino seres torturados?...
¡Investiguémoslo!... Tal vez sería todo lo contrario, viviríamos con una cualidad nueva de energía ya no disipada en el conflicto; con una inteligencia natural, genuína y creativa; con una capacidad real de comprendernos y solucionar lo antes posible nuestros miedos, bloqueos, problemas personales al percibirnos DIRECTAMENTE; con una alegría/compasión diferente a todo lo que hemos conocido...
Verdaderamente, no podemos despachar este reto fundamental que nos plantea Krishnamurti con una investigación superficial y una rápida conclusión diciéndonos: 'No creo que sea posible vivir así' o bien 'sí lo creo'... Más bien lo inteligente sería decirnos: "Pues no lo sé... No sé si es posible vivir así, pero quiero averiguarlo con toda mi mente, con todo mi corazón, con todo mi ser. Quiero hacer la prueba de vivir con atención percibiendo lo que exacta y profundamente soy, descubriendo al mismo tiempo si existe o no una dimensión psicológica de libertad interior'.
Y si no estoy atento no pasa nada. Me doy cuenta de mi inatención y permanezco "con lo que soy", "tal como estoy"..., pues tampoco cabe elegir "estar más atento". Investigar las insinuaciones, tentaciones y trampas del observador, pasivamente, negativamente, es también parte consubstancial de la libertad interior. Y vivir desde un trasfondo de paz/libertad hacia nosotros mismos es fundamental para que no haya ninguna distorsión.
"El observador es lo observado" no se cansa de indicarnos K. ..
-JOSE ANTONIO
domingo, 1 de febrero de 2009
LA PERCEPCIÓN
"¿Ven ustedes ese árbol?... Mírenlo por un momento... ¿Con qué visión lo ven? ¿Es solamente una observación óptica, un mero mirar el árbol con la reacción de los ojos, observando la forma, el contorno, la luz sobre el follaje? ¿O cuando observan un árbol, lo nombran diciendo: 'Ése es un roble' y pasan de largo?. Al nombrarlo, ya no están viendo el árbol -la palabra niega la cosa. ¿Pueden mirarlo sin la palabra?
¿Perciben, pues, el modo en que abordan el árbol, el modo en que lo miran? ¿Lo observan parcialmente, con un solo sentido, el sentido óptico? ¿O lo ven, lo escuchan, lo huelen, lo sienten, captan el contorno, abarcan la totalidad del árbol? ¿O lo miran como si fueran diferentes de él -por supuesto, cuando ustedes miran el árbol, ustedes no son el árbol. Pero, ¿pueden mirarlo sin una sola palabra, con todos sus sentidos respondiendo a la totalidad de su belleza?.
Así pues, la percepción significa no sólo observar con todos los sentidos, sino también percibir, darse cuenta si existe una división entre uno mismo y eso que uno observa. Probablemente nunca han pensado acerca de todo esto, y es imprescindible comprenderlo"..."Es más fácil percibir algo exterior a nosotros como un árbol, el río o el cielo azul, sin nombrarlo -solamente observándolo. Pero, ¿pueden observarse a sí mismos, mirar todo el contenido de la propia conciencia, el contenido total de la mente, mirar el propio ser, la forma en que caminan, sus pensamientos, sus sentimientos, sus depresiones, mirar de tal modo que no haya división alguna entre todo eso y uno mismo?.
Si no hay división, no hay conflicto. Dondequiera que haya división, tiene que haber conflicto; ésa es una ley. ¿Hay, pues, una división en nosotros, como la que existe entre el observador y lo observado?.
Si el observador aborda el temor, la codicia o el dolor como algo que tiene que resolver, suprimir, comprender, trascender..., como si fuera algo diferente de él mismo, entonces intervienen en ello la división y todo el esfuerzo y la lucha consiguientes" -JIDDU KRISHNAMURTI, "LA LLAMA DE LA ATENCIÓN"[+/-] Seguir Leyendo...
EL DESTELLO DE LA COMPRENSIÓN
En consecuencia, la comprensión de lo que fuere, de un problema psicológico, de un niño, de nuestra esposa, de nuestro vecino, o la comprensión de la verdad -verdad que se encuentra en todas las cosas-, sólo puede tener lugar cuando la mente está muy silenciosa y quieta. Pero esta quietud no puede ser cultivada, porque si usted cultiva una mente quieta, ésa no es una mente quieta sino una mente muerta.
Cuanto más se interesa uno en algo, cuanto mayor es su intención de comprender, tanto más simple, clara y libre es la mente. Cesa la verbalización. Al fin y al cabo, el pensamiento es la palabra, y la palabra es la que interfiere. La pantalla de las palabras, que es la memoria, se interpone entre el reto y la respuesta. Y lo que responde al reto es la palabra o proceso intelectual. Así, la mente que parlotea, que verbaliza, no puede comprender la verdad; la verdad en la relación, no una verdad abstracta -no hay verdad abstracta. Pero la verdad es muy sutil (...).Como un ladrón en la noche, llega secretamente, no cuando uno está preparado para recibirla" -JIDDU KRISHNAMURTI, "EL LIBRO DE LA VIDA".[+/-] Seguir Leyendo...
viernes, 23 de enero de 2009
EL TIEMPO PSICOLÓGICO
"Para la mayoría de nosotros, el tiempo psicológico, en forma de ayer, hoy y mañana, es esencial. Aprender una técnica, ganarse la vida, implica tiempo. Está ahí y no podéis evitarlo: es una realidad. Necesitáis tiempo para llegar aquí; necesitáis tiempo para aprender un idioma; existe el tiempo en el avance de la juventud a la vejez; se tarda tiempo, que implica distancia y espacio, en ir desde aquí a la luna. Todos estos son hechos, y sería absurdo e insensato negarlo.Ahora bien: existe acaso algún otro tiempo como un hecho? ¿O es que la mente ha inventado el tiempo psicológico como medio de logro, como medio de llegar a ser algo?... Soy envidioso, adquisitivo, brutal; pero con el tiempo me libraré gradualmente de la envidia, seré no-violento. ¿Es eso una realidad, es un hecho como lo es la distancia de Londres a París? ¿Existe cualquier otro tiempo tan definido y real como el espacio y la distancia? En otras palabras: ¿existe siquiera el tiempo psicológico?.
Aunque lo hemos inventado, aunque vivimos con él, aunque parece un hecho para nosotros ¿existe semejante cosa?. Aceptamos el tiempo cronológico y aceptamos también el psicológico, y de los dos decimos: son hechos. Uno, el cronológico, es un hecho; pero pongo en duda que el otro lo sea. ¿Es necesario el tiempo para ver algo clara e inmediatamente? Para ver la adquisividad, la envidia y el sufrimiento implicado en ella, para ver la verdad de ello ¿es necesario el tiempo? ¿O es que la mente inventa el tiempo psicológico para gozar de los frutos de la envidia y eludir su dolor?...De modo que el tiempo puede ser el refugio de una mente indolente. Es la mente perezosa la que dice: 'no puedo ver eso inmediatamente, déme tiempo, voy a mirarla durante un período más largo; más adelante haré algo sobre ello'; o: 'sé que soy violento; pero gradualmente, cuando ya no me guste, cuando eso ya no me beneficie, lo abandonaré'. En consecuencia, nace el ideal: la idea de 'lo que debería ser' se coloca a distancia, lejos de 'lo que soy'. Hay, pues, un espacio entre el hecho y 'lo que debería ser'. Y yo pregunto: ¿es un hecho el ideal de 'lo que debería ser'?¿O es una conveniente invención de la mente para poder seguir adelante con los placeres y dolores, con la indolencia de la postergación?".-JIDDU KRISHNAMURTI, "EL ESTADO CREATIVO DE
PREGUNTAR SIN ESPERAR RESPUESTA
jueves, 22 de enero de 2009
EL DESEO Y EL PLACER
“Vemos una bella puesta de sol, un árbol hermoso, el movimiento amplio y curvo de un río, o un bello rostro, y mirar eso nos da un gran placer, nos deleita. ¿Qué hay de malo en ello?... A mí me parece que la confusión y la desdicha empiezan cuando ese rostro, ese río, esa nube, esa montaña se convierten en un recuerdo, y ese recuerdo exige entonces una continuidad mayor del placer; deseamos que tales cosas se repitan. Todos conocemos esto. He tenido cierto placer, o usted ha experimentado cierto deleite en algo, y queremos que eso se repita. Ya sea que se trate de algo sexual, artístico, intelectual, o de otro carácter, queremos que repita; y yo pienso que ahí es donde el placer comienza a nublar la mente y a crear valores falsos, irreales.
Lo que importa es comprender el placer, no tratar de librarnos de él; eso es demasiado ingenuo. Nadie puede librarse del placer. Pero es esencial comprender la naturaleza y estructura del placer; porque si nuestra vida es tan sólo placer, y eso es lo que deseamos, entonces con el placer tarde temprano llegan la frustración, la desdicha, el miedo a no repetirlo, las ilusiones, los valores falsos que creamos; en consecuencia, no hay claridad(...)Tengo que descubrir por qué el deseo tiene tal fuerza en mi vida. Puede que eso esté bien o no esté bien. Tengo que averiguarlo por mí mismo, sin prejuicios morales. El deseo surge, lo cual es una reacción, una reacción sana, normal; de lo contrario, estaría muerto. Veo algo hermoso y digo: '¡por Dios, deseo eso!' Si así no fuera, estaría muerto. Pero en la constante persecución de ello hay dolor. Ése es mi problema: al igual que placer, hay dolor. Veo una bella mujer; es bella, sería absurdo decir: 'No, no quiero ni debo mirar' o 'No, no es bella'. Pero, ¿que es lo que luego da continuidad al placer? Obviamente, es el pensamiento, es el pensar al respecto(...)Pienso, y pienso, y me recreo en ello o lo resisto y así aun le doy más fuerza... Ya no es la relación directa con determinado objeto, la cual es simple y natural deseo, sino que ahora el pensamiento aumenta ese deseo pensando en el objeto, creando imágenes, representaciones, ideas(...)Sin embargo, puedo mirar ese completo proceso del deseo, y después de tenerlo ahí termina todo, sin que interfiera el pensamiento". -JIDDU KRISHNAMURTI, "EL LIBRO DE LA VIDA”[+/-] Seguir Leyendo...
martes, 30 de diciembre de 2008
LA BELLEZA, ¿ES OBJETIVA O SUBJETIVA?
(KRISHNAMURTI RESPONDE A UN INTERLOCUTOR, EN LA INDIA):
"Ves algo hermoso, el río desde el balcón; o ves a un niño en harapos que llora. Si no eres sensible, si no te das cuenta de todo lo que te rodea, entonces se conviertes en insensible, pasas de largo y ese acontecimiento tiene muy poco valor. Una mujer va caminando con una carga sobre la cabeza. Sus ropas están sucias, ella se ve hambrienta y cansada. ¿Ves el color de su sari, por manchado que pueda estar? Estas influencias objetivas que te rodean, si careces de sensibilidad jamás las apreciarás, ¿verdad?.
Ser sensible es estar atento no sólo a las cosas bellas sino también a las que llamamos feas. El río, los campos verdes, los árboles en la distancia, las nubes de un atardecer, a estas cosas las llamamos bellas. A los aldeanos sucios, medio muertos de hambre, a las personas que viven en la escualidez o las que tienen muy poca capacidad de pensamiento, de sentimiento, a todo esto lo llamamos feo. Ahora bien, si lo observan, verán que lo que hace la mayoría de nosotros es aferrarse a lo bello y desechar lo feo. ¿Pero acaso no es importante responder con sensibilidad tanto a la belleza como a lo que llamamos fealdad? La falta de esta sensibilidad es la causa de que dividamos la vida en lo feo y lo bello. Pero si somos abiertos, receptivos, atentos y sensibles tanto a lo feo como a lo bello, entonces veremos que ambos están llenos de significado"... "Entonces, ¿es subjetiva u objetiva la belleza? Si uno fuera ciego, sordo y no pudiera escuchar ninguna música, ¿carecería de belleza?¿O es la belleza algo interno? Puede que uno no vea con sus ojos, que no escuche con sus oídos, pero si experimenta este estado de hallarse realmente abierto, sensible a todo, si está profundamente consciente de todo lo que ocurre dentro, consciente de cada pensamiento, de cada sentimiento, ¿acaso no hay belleza también en eso? Pero ya lo ven. Pensamos que la belleza es algo exterior a nosotros, por eso compramos pinturas y las colgamos de la pared. Queremos poseer hermosos saris, trajes, turbantes, queremos rodearnos de cosas bellas, porque pensamos que sin un recordatorio objetivo perderíamos algo internamente. ¿Pero es posible dividir la vida, todo el proceso de la existencia, en lo subjetivo y lo objetivo? ¿Acaso no es un proceso unitario? Sin lo interno no existe lo externo; sin lo externo no existe lo interno". -JIDDU KRISHNAMURTI, "EL ARTE DE VIVIR".[+/-] Seguir Leyendo...