JIDDU KRISHNAMURTI

Renombrado como un filósofo (en el sentido de amante de la verdad), orador y educador de profunda sabiduría, sus conferencias y escritos han inspirado a millones de seres en todo el mundo.

Nació en la India en 1.895, siendo recogido a la edad de 13 años por la Sociedad Teosófica y educado en Inglaterra. En 1.929 renunció a toda vinculación con dicha sociedad, al rechazar cualquier tipo de organización que jerarquizara la conciencia. Se dedicó durante su vida a dar conferencias por todo el mundo y mantuvo diálogos con renombrados científicos, políticos y líderes religiosos como David Bohm, el Dalai Lama, Aldous Huxley, etc.

Urgía a sus oyentes a que despertasen internamente y fuesen maestros de sí mismos, promoviendo una actitud de autodescubrimiento del conflicto y de la conciencia en general, rechazando todo dirigismo religioso o sectario. Estudió el panorama de la civilización actual, vinculando el nivel de conciencia del ser humano con los problemas sociales. Creó cuatro fundaciones para conservar sus escritos y conferencias, así como escuelas para niños y jóvenes.

Falleció en California a la edad de 90 años.

domingo, 1 de febrero de 2009

LA PERCEPCIÓN


"¿Ven ustedes ese árbol?... Mírenlo por un momento... ¿Con qué visión lo ven? ¿Es solamente una observación óptica, un mero mirar el árbol con la reacción de los ojos, observando la forma, el contorno, la luz sobre el follaje? ¿O cuando observan un árbol, lo nombran diciendo: 'Ése es un roble' y pasan de largo?. Al nombrarlo, ya no están viendo el árbol -la palabra niega la cosa. ¿Pueden mirarlo sin la palabra? 
¿Perciben, pues, el modo en que abordan el árbol, el modo en que lo miran? ¿Lo observan parcialmente, con un solo sentido, el sentido óptico? ¿O lo ven, lo escuchan, lo huelen, lo sienten, captan el contorno, abarcan la totalidad del árbol? ¿O lo miran como si fueran diferentes de él -por supuesto, cuando ustedes miran el árbol, ustedes no son el árbol. Pero, ¿pueden mirarlo sin una sola palabra, con todos sus sentidos respondiendo a la totalidad de su belleza?. 
Así pues, la percepción significa no sólo observar con todos los sentidos, sino también percibir, darse cuenta si existe una división entre uno mismo y eso que uno observa. Probablemente nunca han pensado acerca de todo esto, y es imprescindible comprenderlo"..."Es más fácil percibir algo exterior a nosotros como un árbol, el río o el cielo azul, sin nombrarlo -solamente observándolo. Pero, ¿pueden observarse a sí mismos, mirar todo el contenido de la propia conciencia, el contenido total de la mente, mirar el propio ser, la forma en que caminan, sus pensamientos, sus sentimientos, sus depresiones, mirar de tal modo que no haya división alguna entre todo eso y uno mismo?. 
Si no hay división, no hay conflicto. Dondequiera que haya división, tiene que haber conflicto; ésa es una ley. ¿Hay, pues, una división en nosotros, como la que existe entre el observador y lo observado?. 
Si el observador aborda el temor, la codicia o el dolor como algo que tiene que resolver, suprimir, comprender, trascender..., como si fuera algo diferente de él mismo, entonces intervienen en ello la división y todo el esfuerzo y la lucha consiguientes" -JIDDU KRISHNAMURTI, "LA LLAMA DE LA ATENCIÓN"
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EL DESTELLO DE LA COMPRENSIÓN

"No sé si ha notado usted que hay comprensión cuando la mente está muy quieta, siquiera por un segundo; el destello de la comprensión tiene lugar cuando cesa la verbalización del pensamiento... Sólo experimente con ello y verá por sí mismo que usted tiene el destello de la comprensión, esa rapidez instantánea del discernimiento instantaneo, cuando la mente está muy silenciosa, cuando el pensamiento se halla ausente y la mente no está agobiada por su propio ruido.

En consecuencia, la comprensión de lo que fuere, de un problema psicológico, de un niño, de nuestra esposa, de nuestro vecino, o la comprensión de la verdad -verdad que se encuentra en todas las cosas-, sólo puede tener lugar cuando la mente está muy silenciosa y quieta. Pero esta quietud no puede ser cultivada, porque si usted cultiva una mente quieta, ésa no es una mente quieta sino una mente muerta. 


Cuanto más se interesa uno en algo, cuanto mayor es su intención de comprender, tanto más simple, clara y libre es la mente. Cesa la verbalización. Al fin y al cabo, el pensamiento es la palabra, y la palabra es la que interfiere. La pantalla de las palabras, que es la memoria, se interpone entre el reto y la respuesta. Y lo que responde al reto es la palabra o proceso intelectual. Así, la mente que parlotea, que verbaliza, no puede comprender la verdad; la verdad en la relación, no una verdad abstracta -no hay verdad abstracta. Pero la verdad es muy sutil (...).Como un ladrón en la noche, llega secretamente, no cuando uno está preparado para recibirla" -JIDDU KRISHNAMURTI, "EL LIBRO DE LA VIDA".[+/-] Seguir Leyendo...